El distrito escolar fue urgido a mejorar la educación, a apoyar a la comunidad y a los estudiantes, en vez de aceptar programas militares  que lo dotaron de armas de alto poder. Y así puede tomar la delantera en este tema a nivel nacional.

En este contexto, el Sindicato de Maestros de Los Angeles (UTLA, siglas en inglés) consideró que las autoridades educativas deben hacer un pronunciamiento de gran alcance, sobre todo en este momento crítico, cuando “el debate politico nacional se ha envenenado con ataques explícitos a la comunidad de color y se emplea un lenguaje racial tremandamente peligroso”.

En el tapete de la discusión, estudiantes, maestros y dirigentes comunitarios han expuesto un tema álgido: las armas de alto poder –una tanqueta, tres lanzagranadas y 61 rifles de asalto M-16- recibidas por el distrito escolar para fortalecer la seguridad, como parte del programa del Departamento de la Defensa 1033.  Aunque – debido a la presión social- ya fueron devueltas, los cuestionamientos siguen, la polémica está encendida.

“Este proceso nos ha dejado con más preguntas que respuestas y con mucho enojo”, afirma Manuel Criollo,  director de la Campaña La lucha por el Alma de las Ciudades, que luchó contra la “militarización del distrito escolar”, desde el momento mismo que se supo que ese armamento esta en predios educativos, hace año y medio.

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